4.2  Pruebas de función respiratoria

La exploración de la función pulmonar en la EPOC permite:

  1. Establecer el diagnóstico de la enfermedad.
  2. Cuantificar su gravedad.
  3. Estimar el pronóstico.
  4. Monitorizar la evolución de la función pulmonar y la respuesta al tratamiento.
  5. Valorar la gravedad de los episodios de exacerbación y la respuesta al tratamiento.

La espirometría forzada es imprescindible para establecer el diagnóstico de EPOC y valorar la gravedad de la obstrucción al flujo aéreo. Su realización está indicada en cualquier fumador mayor de 40 años con o sin síntomas respiratorios.

Se considera que existe obstrucción al flujo aéreo si el cociente FEV1/FVC posbroncodilatación es inferior a 0,7. En sujetos mayores de 60 años se puede utilizar el límite inferior de la normalidad [ 15, 34 ] para evitar el sobrediagnóstico, aunque en todo caso, los valores espirométricos deben ser valorados en el contexto clínico correspondiente.

El valor de FEV1 expresado como porcentaje del valor de referencia establece la gravedad de la enfermedad (Tabla 2). Se recomienda repetir la espirometría forzada anualmente en todos los pacientes diagnosticados de EPOC (Evidencia D).



Tabla 2. Clasificación de la EPOC (FEV1/FVC < 0,7 *)
Nivel de Gravedad FEV1 posbroncodilatador (%)
Leve <= 80%
Moderada >= 50% y < 80%
Grave >= 30% y < 50%
Muy grave < 30% ó < 50% con IRC **

* Por debajo del límite inferior de la normalidad en sujetos mayores de 60 años [ 15 ].
** IRC (Insuficiencia Respiratoria Crónica): PaO2 < 60 mmHg con o sin hipercapnia (PaCO2>=50 mm Hg) a nivel del mar, respirando aire ambiente.


La prueba broncodilatadora (con 400 mcg de salbutamol, o equivalente) es imprescindible en la valoración inicial del paciente para descartar asma bronquial.

La medición de volúmenes pulmonares estáticos permite valorar el grado de insuflación pulmonar y atrapamiento aéreo. Se recomienda su medición en todos los pacientes con EPOC grave o muy grave, en la valoración preoperatoria de candidatos a cirugía pulmonar, y en los casos de EPOC leve o moderada con sospecha de atrapamiento aéreo. La medición de la capacidad inspiratoria (IC) es útil en la evaluación del atrapamiento aéreo y de la respuesta al tratamiento. La relación entre la IC y la capacidad pulmonar total (TLC) tiene valor pronóstico.

La capacidad de difusión del monóxido de carbono (DLCO) está descendida en los casos de EPOC con predominio de enfisema y este descenso permite descartar asma (Evidencia D). Se recomienda su medición en los pacientes con EPOC grave o muy grave, en la valoración preoperatoria de candidatos a cirugía pulmonar y en cualquier caso de EPOC en el que se sospeche enfisema.

La gasometría arterial está indicada en pacientes con EPOC grave o muy grave para valorar la posible presencia de insuficiencia respiratoria y en la indicación y seguimiento de la oxigenoterapia domiciliaria. También debe realizarse en pacientes con EPOC moderada que presenten un valor de SaO2 < 95% a nivel del mar. La presencia de insuficiencia respiratoria confiere mayor gravedad a la EPOC y tiene valor pronóstico (Tabla 2).

Las pruebas de ejercicio pueden ser realizadas con bicicleta ergométrica o tapiz rodante, o mediante pruebas simples de paseo (prueba de marcha de los 6 minutos (PM6M); prueba de lanzadera). Proporcionan información integrada sobre el impacto funcional de la enfermedad, tienen valor pronóstico y se relacionan con la capacidad física de los pacientes. La PM6M es un examen sencillo que se correlaciona con las mediciones objetivas de la actividad física habitual [ 35 ]. Están indicadas en los casos de EPOC grave, en la evaluación del efecto de diversas modalidades terapéuticas (farmacológicas, rehabilitación o quirúrgicas), en la valoración del riesgo quirúrgico en la resección pulmonar, en la valoración de la capacidad laboral y en cualquier paciente con EPOC muy sintomática a pesar de tratamiento óptimo, o actividad física disminuida.